Es una impresionante cascada natural de más de 30 metros, formada por el río Xudreiro, afluente del río Landro, en un hermoso paraje de limpias aguas, que forma una poza circular en su base. Este salto se encuentra en la parroquia de Monte, en el ayuntamiento de Xove. Por la parte de arriba del salto se puede ver una pequeña pero hermosa presa, que era la que suministraba el agua a una minicentral hidroeléctrica que se encontraba en la parte baja de la misma. Río abajo la poza de la cascada desagua por una serie de rápidos, en un magnifico entorno lleno de eucaliptos.
El nombre lo recibe por una leyenda que ya muy pocos saben o recuerdan. Según dicen, el color de las aguas es de un color similar al estiércol por que en ese pozo cayó de rodillas una vieja gigante con un feixe (manojo muy grande que se llevaba sobre los hombros y la espalda) de mulime (conjunto de vegetales cortados que se usaba para echar en las cuadras de los animales, para que estuviesen secos y hacer estiércol) y ya nunca más se pudo levantar.
Se llega por la carretera de Viveiro a Mondoñedo en la que se coge un desvío a Valcarría, en las proximidades de Chavín. Desde este punto la cascada se encuentra señalizada, y es de muy fácil acceso.También se puede acceder andando desde Casa do Batán, siguiendo el curso del río Loureiro, que bordea la finca de la casa y a poco más de 6 kilómetros de ésta, se encuentra este paraje natural de increíble belleza.
Ruta Pozo da Ferida
La ruta parte de Valado (Valcarría), subiendo por un sendero holgado. Después de caminar 1 Km. aproximadamente aparece un cruce al pie del cual se haya una cruz que señala la antigua existencia de un pequeño cementerio, (donde enterraban los «angelitos», niños que nacían muertos). Dejando la cruz a la izquierda, se sigue el camino todo recto hasta alcanzar un puente (Ponte do Xudreiro).
Cuando se llega a este punto, habrá transcurrido 1h. 30′ aproximadamente, y se puede aprovechar el puente para hacer un pequeño descanso. La marcha continua siguiendo el sendero de subida, siempre recto, dejando atrás varias desviaciones, hasta alcanzar una serie de casas donde se encuentra la primera señalización que indica el camino de bajada (cada vez más empinado), cara al Pozo da Ferida.