Situada en el pueblo de San Cibrao, es una playa de arena blanca y oleaje tranquilo. Se extiende desde la ría hasta la zona portuaria y desde ella también podemos observar las islas de Os Farallóns, lugar donde se cimienta la mágica leyenda de A Maruxaina.
En sus 578 metros cuenta con espacios diferenciados; la zona de la ría, rincón tranquilo propicio para llevar los más pequeños; la zona de O Torno, la más próxima a la construcción moderna y la que más gente aglutina, y la parte del puerto que comprende desde las piedras de A Penameá hasta el propio puerto.
